24 de marzo de 2008

Alegría nikkei

La jugadora infantil Maia Harima, oriunda de La Plata, representará a nuestro país en el próximo Campeonato Latinoamericano Infantil y Juvenil de la ciudad de Cartagena de Indias, Colombia, del 13 al 17 de Junio. Harima obtuvo su "pasaporte" luego de meterse entre las ocho mejores del torneo sudamericano que se jugó en el Cenard, entre el 17 y 22 de marzo.

"Natchan", una competidora nata

Integrante del equipo femenino de tenis de mesa, este jueves viajará a República Dominicana para disputar el preolímpico que otorga una plaza para los Juegos de Beijing.

- ¿Te enoja mucho perder?
- Sí. La meta de todos es ganar, pero igual más me molesta jugar mal el partido.
A Paula Fukuhara, una de las mejores jugadoras de tenis de mesa de la Argentina, el fastidio y la bronca por haber perdido se le trasluce en la cara y en el ánimo, por más que quiera tapárselos con una toalla. Más aún, y por las dudas, para no “oír” a su fastidio y bronca, también se pone sus auriculares y escucha a los ingleses de Oasis.
“No, no, no es enojo”, aclara ella, y ríe. “Odio arbitrar, y entonces con música se pasa mejor el rato”.
- ¿No, no, qué? Está la foto...
- Obvio que odio perder…
- De chica, quizá, te fastidiabas mucho más, y lo exteriorizabas más...
- Ah, sí, de chica hasta lloraba. Jajajaja. Yo una vez lo hablé con uno de mis compañeros. El objetivo de todos es ganar. En el momento en que perdés, no importa el "competir", sino no entrenarías duro. O sea, uno no entrena duro para "competir"; obviamente que el competir te ayuda, te da experiencia y así aprendes, pero, al fin y al cabo, lo que más te importa y querés es ganar
- ¿Así sos en todo? No te gusta perder en nada, supongo, como todo buen competidor...
- Y, sí, no te voy a mentir. Digamos que a todos nos gusta ganar, pero a algunos más que a otros, o algunos lo buscan y desean más que otros.
Esa, quizá, sea la diferencia entre los buenos jugadores, los buenos competidores, y el resto. Y Natchan -como se la conoce-, es diferente. Ya en sus tiempos de infantiles se mostraba como una promesa, coronándose campeona nacional (2001), y obteniendo los máximos logros dentro del país en cuanta competición participase.
Hoy, a los 20 años, ya es una consagrada, reconocida como una de las mejores competidoras de la Argentina, becada por la Secretaría de Deportes, e integrante del equipo nacional que participará en el Preolímpico de tenis de mesa a disputarse en Santo Domingo, República Dominicana, entre el 30 de marzo y el 7 de abril (el evento panamericano en Damas sólo clasificará a un equipo para Beijing), junto a la juvenil chaqueña Ana Codina y la coreana nacionalizada Kim Hae Ja (ésta última, justamente, fue, durante mucho tiempo, entrenadora de Natchan).
- ¿Cuál es el objetivo? Me habías comentado que estaba difícil la clasificación…
- El objetivo, obviamente, es el mismo para todos: clasificar a Beijing, a los Juego Olímpicos, pero es difícil. Clasifica solamente el mejor equipo de Latinoamérica, y el equipo de Argentina cuenta con una Sub 18, una Sub 21 y una mayor.
- ¿Y el mejor de Latinoamérica es...?
- Últimamente viene muy parejo. Se están dando resultados que van contra las estadísticas. Por ejemplo, en el sudamericano que se hizo la semana pasada (torneo de Infantiles y Juveniles disputado en el Cenard), de los Sub 18 y Sub 21 hubiera dicho que ganaba Brasil, pero ganó Chile. En el caso del Preolímpico, yo te diría que Brasil es candidato, pero otros equipos como Cuba, Chile y Venezuela pueden sorprender.
- ¿Y para el 2012 pueden estar mejor?
- Lo ideal sería prepararse para Londres 2012. Un trabajo a largo plazo de cuatro años. Entrenando duro, parejo y a conciencia puede llegar a prometer mucho más que ahora. El tema es que no todas las chicas pueden entrenar de esa forma. Los entrenamientos en el interior son distintos
- Y vos, parece, tenés planeado seguir jugando...
- Sí. La verdad que esto de haber entrenado en Japón me abrió la cabeza y me motivó mucho.
Becada por la prefectura de Wakayama desde fines de agosto hasta fines de febrero pasado, Natchan estuvo estudiando, y, al mismo tiempo, entrenando en el equipo de la empresa Okuwa.
“Allá en Japón, muchas empresas grandes acostumbran tener equipos de béisbol, vóley, tenis de mesa, etcétera -cuenta-, y el lugar de entrenamiento me lo consiguieron en mi empresa, que está en Osaka. Justo el equipo más fuerte de la provincia entrenaba a la vuelta de mi empresa, así que tuve demasiada suerte”.
Y aunque la experiencia se puede resumir en “increíble”, fue el trato humano que recibió lo que la deslumbró.
“Aprendí muchas cosas, no solamente en lo técnico, sino que la mentalidad de las chicas me hizo dar cuenta de muchas cosas: el esfuerzo que ponen, su forma de entrenar, jugar, todo… Era como que cada día aprendía algo nuevo. Por suerte eran muy buenas personas y me trataron muy bien. Yo, obviamente, les preguntaba todo, porque era todo nuevo para mí, y ellas fueron muy amables y me explicaban todo. La verdad que esas chicas eran muy humildes y me hicieron sentir muy bien. No es que por ser profesionales entrenaban conmigo sin ganas, o cosas así; al contrario, les entusiasmaba el hecho de poder entrenar con una extranjera”.
Así, integrada al equipo, tuvo la oportunidad de ver la liga nacional y observar a varias de las mejores jugadoras japonesas
- Se nota que te sorprendió mucho el tema de la humildad, la integración, el formar parte de un "equipo"...
- Sí, sí, era algo que ellas tenían muy presentes. El manager me decía que él, cuando va a buscar chicas al interior, se fija en la parte humana, porque si quiere jugadoras buenas, trae a una china para que juegue en su equipo y listo. Él decía que a las jugadoras en la mesa se las puede formar con entrenamiento; afuera de la mesa, ya no. Y yo me di cuenta de eso porque, de verdad, las seis chicas eran muy buenas personas y me hicieron sentir muy bien. Japón es un país muy exigente en cuanto al nivel deportivo, y nunca se me hubiera cruzado por la cabeza que un manager buscase en su equipo profesional tener a una buena persona, y después, como buena jugadora, formarla él en sus entrenamientos.
- ¿Se puede decir que aprendiste más en lo humano que en lo técnico?
- No. yo diría que las dos cosas por igual: una cosa ayudó a la otra. Me motivó mucho entrenar con ellas porque eran muy buenas en la mesa, pero, además, eran comprensivas y buenas, humildes. Todo ayudaba a que yo pudiese entrenar muy bien.
De vuelta en la Argentina, su rutina quizá no sean tan diferentes a la que realizó durante los cinco meses que estuvo en Japón, Entre entrenamientos (cinco días a la semana, un promedio de veinte horas semanales), torneos, estudio (cursa la Licenciatura en Marketing) y amigos, el sacrificio, se ve, es tremendo. Las metas para este año, sin embargo, bien lo valen, ya que, luego del preolímpico, le espera varios torneos por el interior del país, el campeonato Sudamericano de mayores, y disputar un lugar para el Confraternidad Deportivo Nikkei de San Pablo
- ¿Cómo te definirías? ¿Quién es Paula Fukuhara?
- Mmmm…
- ¿Te identificás con Ai Fukuhara? (la mejor jugadora japonesa de tenis de mesa).
- ¡No!
- Tienen en común el apellido, y las dos, de chica, lloraban cuando perdían.
- Yo soy de cambiar el humor repentinamente.
- ¿Ciclotímica?
- Se podría decir... Jajaja. Bueno, y a veces de un partido a otro cambio completamente mi cara y mi humor
- O te la tapas...
- Sí, jaja, pero la música es una buena "terapia" para mí.