15 de abril de 2010

Un símbolo del tenis de mesa

Elsa Takahashi, vicepresidenta de la Federación Argentina

Jugadora de otra época, pero entrenadora, formadora y dirigente actual, Elsa Takahashi es todo un símbolo para el tenis de mesa, deporte en el que se federó en 1958, pero que comenzó a jugar un poco antes, cuando tenía cinco años y su altura apenas le permitía asomar los ojos por sobre la mesa.
Fue en su casa, en Resistencia, provincia de Chaco, en donde, parada en un cajón de cerveza, golpeaba a las pelotita de 38 milímetros con una paleta de madera cortada con el serrucho por su padre, en una mesa también hecha por su padre. Así, paradita en el cajón, jugaba contra sus hermanos, y cuando la pelotita la "esquivaba", su papá, detrás, se la alcanzaba.
Con pequeños viajes, y un poco más grande y sin el cajón de cerveza, comenzó a gestarse la campeona. Elsa cruzaba el río Paraná en balsa, rumbo a Corrientes, para los intercambios con la comunidad nikkei radicada en esa provincia mesopotámica, y, tiempo después, empezó a ir a Córdoba y a Buenos Aires. Ya para 1958, con 15 años, pasó a ser federada, y disputar un torneo argentino en Bahía Blanca.
De aquella jugadora a esta entrenadora, muchas cosas han cambiado, acepta Elsita -como le dicen alguno de los chicos-, nueve veces campeona argentina y que ha participado en multitud de sudamericanos y dos mundiales: Munich ´69 y Nagoya ´71.
"Cambió la paleta: ahora tienen que ser con gomas roja y negra; los milímetros de la pelotita (de 38 a 40)...", dice al tiempo que, mate en mano, piensa, contesta mensajes por celular, alienta a un chiquito coprovinciano que está jugando, y agrega: "La rapidez de las gomas, de la madera. Yo jugaba con una Butterfly con gomas verdes".
Claro, hoy, como dice ella, el tenis de mesa es "un deporte más rápido", pero, a pesar de ello, y para Elsa, otras cosas no han cambiado. "Lo básico, la postura, no ha variado. Quizá se topee más, con mucho efecto".
Como responsable de este deporte en su club, Regatas de Resistencia, supervisa a unos 60 chicos. "Es una locura; parece una guardería. Además, regresaron viejos jugadores y se pelean con los chicos por las mesas", cuenta medio en broma, medio en serio, y, aunque siente el "cansancio" y sabe que es "duro ir de acá para allá", sigue viajando como antaño.
Hace una semana, acompañó a chicos de su provincia para que jugasen un torneo en Buenos Aires. Es que Elsa conoce de apoyo, de incentivo, ya que, en su momento, lo tuvo. "Tenía gran apoyo de la provincia. En Chaco no había deportistas que se destacasen, y por eso, en ese aspecto, recibí mucha ayuda provincial".
Igual, observa que el tenis de mesa actual, en nuestro país, es más federalista. "El sur ha crecido mucho; el norte, también".
Como Vicepresidenta de la federación argentina y Presidenta del Grupo de Mujeres, trabaja para el desarrollo de este deporte, particularmente entre las mujeres. Si bien falta, aclara, el crecimiento en número de jugadoras ha sido enorme. "Hay un semillero muy bueno. A nivel Latinoamericano se ha crecido bastante. Creo que hoy se le está dando mucha validez a la mujer. Logramos... detalles. Logramos que se juegue la final femenina en una mesa bien ubicada y no en un rinconcito perdido. Son detalles, pero es un gran adelanto", reflexiona. "Yo no sé si ellas se dan cuenta", duda al tiempo que mira a una de las jóvenes, recordando, quizá, cuando Elsa misma, parada en un cajón de cerveza, golpeaba a las pelotita de 38 milímetros con una paleta de madera cortada con el serrucho por su padre, en una mesa también hecha por su padre.

1 comentario:

Anónimo dijo...

GRANDE ELSA, hay que apoyar a la dirigencia que hace mucho por el tenis de mesa. Ojalá haya muchas jugadoras nikkei compitiendo a nivel federados.....saludos